¿Se Te Van Los Ojos?

A los Israelitas se les iban…. y se les iban tras aquellas pasiones  que sus papás y abuelos habían amado.

Me temo que la historia se repite en nosotros mismos…los creyentes. Nuestros ojos se nos van… y se nos van tras las pasiones que amaron nuestros papás y nuestros abuelos quienes, en la mayoría de los casos, nunca conocieron a Dios, ni quisieron tener nada que ver con él.

Mira el verso que encontré hace un par de días al pasar por allí:

«porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo,  y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos.»  (Ezequiel 20:24)

Cuánto lamento que eso ocurre al creyente moderno… nuestros ojos «se nos van»…y se nos van tras aquello mismo que amaron nuestros padres en su vida alejados del conocimiento de Dios… pero aún a ellos se les exonera, porque nunca conocieron al Dios vivo…pero nosotros NO tenemos excusa, porque ya le conocemos.

Y para empeorarlo, nunca olvidemos que tras nuestros ojos va, arrastrado (agarrado de los brazos de los ojos), ni más ni menos que nuestro corazón…el centro de nuestras decisiones…el motor y núcleo de nuestro propio ser.

«…Si mi corazón se fue tras mis ojos»… Job 31:7

Lo grave entonces NO es que se te vayan los ojos…sino tu corazón, el cual, indefectiblemente, será arrastrado a aquellas cosas que amaron tus antepasados en su vida alejados de Dios.

nr