Prince: Rodeado de Miles…Y Solitario Como Nadie


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Te abro mi corazón y te dejo ver quien yo era antes que Jesucristo se cruzara en mi camino y  me trasladara de las tinieblas a su luz admirable.

Corrían los años 80, y era usual salir, dos amigos y yo, y recetarnos una auto-indulgencia después de uno o dos parciales de la carrera. Uno que otro purillo de Cannabis ponía la falsa alegría. El escenario: la tranquilidad de una playa solitaria. Platicar de todo y de nada era el deleite. De mi «walkman» salía Purple Rain de Prince. Mis audífonos los depositaban en mis oídos, por no decir mi cerebro, y bajo los efectos, estudiar la música de este excepcional genio era algo de otro planeta, no por lo ingerido, sino por lo fuera de serie de la creatividad escuchada. Él emulaba muy bien a James Brown, Sly Stone,  y al legendario Jimmy Hendrix.  La letra de sus cantos era descartable…al menos para mi moral de aquel entonces…lo era.

Ahora… 31 años después, volteo a ver hacia atrás y, en algún momento, detecto fácilmente mi traslado al reino de la luz. Prince continuó su vida de promiscuidad que trascendía géneros. Cuando acompañas los opiaceos con tal degeneración de la moral y del sano vivir, te hundes en una espiral que cada milímetro que avanzas, lo haces hacia las profundidades de la depravación del alma. En un intento por explorarlo todo, te juegas una peligrosa ruleta Rusa.

Prince decidió vivir así. Conozco la vida de farándula y va ser muy difícil que crea que la heroína y similares, o que el VIH, en cualquiera de sus fases, NO fueron los que acabaron con su vida.

Los seres humanos jugamos a llegar a ganar todo lo que este mundo puede ofrecer: Fama, Fortuna, y qué sé yo más. Prince disfrutaba de tener estadios abarrotados, en Europa y adonde fuera, de gente rendida a sus pies. Pero, al subirse a su avión, el vacío y la depresión que esta suerte de fama suele inyectar, lo sumían en un gran  espejismo: «tengo el mundo a mis pies…pero en mi vida real, no tengo a nadie». Triste, pero es  así exactamente como trabaja el príncipe de la potestad del aire. Te da todo lo que tu pasión quiera…pero tarde o temprano, te envía la factura a tu propia casa… hablo de tu cuerpo y mente. En una ocasión, le escuché maldecir a Jesucristo en uno de sus conciertos tempranos, retrocedí la cinta para escucharlo detenidamente, y…pude comprabarlo.

Murió solitario…encerrado en un elevador por no se sabe cuántas horas. Sin tiempo para reaccionar, se desplomó hacia la misma muerte. Lo tuvo todo…y no tuvo nada…de esto último se llevó mucho al más allá. Creo que, intencionalmente, sacó de la ecuación de su vida al único que da la vida y la quita.

A mi solamente me deja una enseñanza:  Con el Dios vivo no se juega…ni si quiera se le puede engañar… Galatas 6:7-8 lo deja muy claro:  «Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará… si sembrare para la carne, de ella, solo segará corrupción» (cuyo significado es descomposición orgánica, quizá espiritual)…pero el que opta por sembrar para el Espíritu, segará lo que, estoy seguro, ahora mismo anhela este diminuto genio de la música : la verdadera vida…la eterna.

¡Ten un excelente día!

nr

 

Una respuesta a “Prince: Rodeado de Miles…Y Solitario Como Nadie

  1. Gracias Nelson extrañaba mucho encontrarme con sus enseñanzas y sus amorosos consejos. Saludos a la familia le mando un fuerte abrazo y muchas bendiciones de nuestro amado Jesús.

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