La Vara de Dios…


vara Moisés

No…este post no es sobre disciplina…sino sobre una realidad que a veces pasamos por alto:  todo aquello que Dios nos ha permitido tener en nuestras manos…ES DE ÉL.

Caí en esa cuenta ahora que paso por el libro de Éxodo de nuevo.

¿Recuerdas que Dios aparece a Moisés en la zarza ardiendo cuando este apacentaba, en el desierto, las ovejas de su suegro?…¿recuerdas que Dios lo envía a liberar a su pueblo Israel del yugo de Egipto a fin de traerlos a la tierra prometida?

¿Y recuerdas que Moisés le dice: «No me van a creer»?

¿Recuerdas que Dios le dice: ¿»Qué tienes en tu mano»?… y era una vara, ¿cierto?.

El resto ya lo conoces…Dios le dice que la tire al suelo y esta se convierte en culebra, luego que la tome por la cola y esta se revierte a un inerte pedazo de madera como era. (lee Éxodo 4:1-5 para mayores detalles).

Tengo una pregunta: ¿De quién era la vara?… ¿No era de Moisés?…por supuesto que sí…¿No era aquello con lo que trabajaba y se ganaba la vida?… por supuesto que sí… (por cierto….si Dios te va a usar, él va a usar «lo que tienes en tu mano»)

Ahora mira esto: Moisés se alista para ir a Egipto… toma a su mujer y a sus hijos, los monta en un asno…me imagino que lleva un poco de comida para el camino…pero mira lo que Éxodo 4:20 dice:

«Entonces Moisés tomó su mujer y sus hijos, y los puso sobre un asno, y volvió a tierra de Egipto. Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.»

¿De quién es ahora la vara?

Es de Dios…Sí…es de Moisés…pero… es de Dios.

Al servirle a Dios, TODO lo que tienes en tu mano es para el beneficio del Reino…tú lo tienes…lo disfrutas también…pero…es de Dios.

Todas aquellas cosas por las que nos alegramos (y a veces hasta nos jactamos), tales como «tu» lavadora, «tu» secadora, «tu» carro, «tu» bonita casa nueva, «tu» negocio, «tus» empleados, «tu» nueva computadora…etcétera, etcétera, etcétera…Oye…si le vas a servir a Dios…son de él.

No quiero echar sal a esta mi herida, pero…me hace recordar 1Corintios 4:7 que dice:

«Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?»

Ten un gran día, hoy!

n.r.

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